La relación del ser humano con nuestros amigos, los perros, se remonta a la noche de los tiempos.
Una de las primeras imágenes, que plasman la relación de una persona ciega acompañada de perro guía, la encontramos en un mural del siglo I antes de Cristo en las ruinas sepultadas de Roman Herculaneum. Hay otros registros desde Asia y Europa hasta la Edad Media, de perros que conducen a hombres ciegos.
A lo largo de los siglos se suceden ejemplos de la relación de los ciegos con los perros. Pero no será hasta el siglo XIX donde se documentan los primeros adiestramientos de perros para guiar a personas ciegas.
En 1819, Johann Wilhelm Klein, fundador del Instituto para la educación de los ciegos (Blinden-Erziehungs-Institut), en Viena, escribió un libro para enseñar a los ciegos las técnicas de adiestramiento de los perros guía, llamado “Lehrbuch zum Unterricht der Blinden”, perfeccionando las técnicas de Reisinger, haciendo referencia a “un arnés rígido y previamente adiestrado, con gran esmero, por una persona vidente”-.
La historia moderna del perro guía comenzó durante la I Guerra Mundial, ya que miles de soldados volvieron ciegos del frente, muy a menudo debido a gas venenoso. Un médico alemán, Dr. Gerhard Stalling, tuvo la idea de adiestrar perros en masa para ayudar a los soldados afectados. Un día, mientras paseaba con uno de sus pacientes en los terrenos del hospital, le llamaron urgentemente y dejó a su perro con aquel paciente para que le hiciera compañía. Cuando volvió, vio signos, de la manera en que el perro se estaba comportando, que estaba cuidando del paciente ciego.
El Dr. Stalling empezó a explorar maneras de adiestrar perros para que fueran guías confiables y en agosto de 1916 abrió la primera escuela de perro guía para ciegos en el mundo en Oldenburg.
La escuela creció y se constituyeron muchas sucursales, por ejemplo, en Bonn, Breslau, Dresde, Essen, Friburgo, Hamburgo, Magdeburgo, Münster y Hannover, entrenando hasta más de 600 perros al año. Estas escuelas proporcionaron perros no sólo a ex militares, sino también a personas ciegas en Gran Bretaña, Francia, España, Italia, Estados Unidos, Canadá y la Unión Soviética.
En esta primera etapa de adiestramiento de los perros guías se utilizaba el “pastor alemán”, raza muy popular y que estaba dando excelentes resultados en todas las facetas de adiestramiento (rescates, patrullas, búsqueda etc…).
Alrededor de esta época, una adinerada mujer estadounidense, Dorothy Harrison Eustis, ya estaba entrenando perros para el ejército, la policía y el servicio de aduanas en Suiza. Sería la energía y la experiencia de Dorothy Eustis lo que lanzaría apropiadamente el movimiento del perro guía internacionalmente.
Habiendo oído sobre el centro de Potsdam, Eustis tenía curiosidad por estudiar los métodos de la escuela y pasó varios meses allí. Ella salió tan impresionada que escribió un artículo sobre el Saturday Evening Post en América en octubre de 1927.
La bonita historia de Morris Frank, y su Perro Guía
Un estadounidense ciego, Morris Frank, se enteró del artículo y compró una copia del periódico. Más tarde dijo que los cinco centavos que le costó el periódico «compraron un artículo que valía más de un millón de dólares para mí. Me cambió la vida». Le escribió a Eustis diciéndole que le gustaría mucho ayudar a introducir perros guía a los Estados Unidos.
Aceptando el desafío, Dorothy Eustis entrenó a un perro, Buddy, y llevó a Frank a Suiza para aprender a trabajar con el perro. Frank regresó a los Estados Unidos con lo que muchos creen que es el primer perro guía de los Estados Unidos. Eustis más tarde estableció la Escuela Seeing Eye en Morristown, Nueva Jersey, en 1929, pero antes de esto regresó a Suiza para continuar trabajando allí. Mientras tanto, una organización italiana de perros guía, Sculola Nazionale Cani Guida Per Ciechi también se estableció en 1928.
Los primeros perros guía reconocidos en España llegaron en 1963 y provenían de la escuela Leader Dog For The Blind de Rochester (Michigan), cerca de Detroit. La Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) y la Asociación <> (fundadora de dicha escuela, llegaron a un acuerdo para que los españoles pudieran obtener los perros en E.E.U.U.
El primer centro de adiestramiento de perros guías en España fue la Escuela de Perros-Guía para ciegos General Óptica, de Sant Joan (Mallorca) fundada en 1972 por el Sr. Picornell, después de una breve visita a un centro del Reino Unido, con el patrocinio de General Óptica.
El número de estudiantes por clase era de tres. Esta escuela entregó alrededor de 150 perros y cerró sus puertas, de forma oficial, en 1987.
En 1991, la Fundación ONCE del Perro Guía inició su producción que se ha mantenido hasta nuestros días, siendo la únia escuela de perros guía reconocida en todo el territorio español.